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Prefacio
Para el
musulmán conocer la vida del santo Profeta Muḥammad (r) es un
acto de adoración, ya que Dios altísimo ha dicho:
Verdaderamente, en el Enviado de Dios tenéis un buen/bello ejemplo para todo aquel que tiene puesta su esperanza [con anhelo y
temor] en Dios y en el Último Día, y que recuerda mucho a
Dios. Qurʾān 33:21
Así
pues, conocer la vida del profeta Muḥammad (r)
posibilita instruirse sobre las nobles cualidades del ser humano
perfecto, que han de ser imitadas, en la medida de lo posible. No
obstante, al conocer su vida, su misión y su obra, tampoco se
puede dejar de amarlo y de sentir devoción hacia su persona. Lo
cual, es un signo de la intensidad de la fe [ʾĪmān], tal y como se
desprende del siguiente ḥadīṯ o dicho profético:
Se ha
relatado que el Mensajero de Dios (r) ha
dicho: “No es un verdadero creyente, sino aquel que me ama más
que a su padre y a su hijo y todas las personas del mundo”. (Fatḥ
al-bārī: kitāb al-ʾĪmān, bāb 8, ḥadiṯ 15.)
De
manera análoga, para el alumno tiŷānī, conocer la vida de Šayj
ʾAḥmad al-Tiŷānī (t)
deviene una labor muy importante. En primer lugar, el conocimiento de
la vida de Sayyidinā Šayj (t)
proporciona la seguridad y la certeza de que no fue un impostor o un
diletante, si no, más bien al contrario, un gran sabio y gran
erudito reconocido por varias universidades musulmanas de su
época. De su vida, como se verá, se desprende que fue un
buscador serio, un practicante asiduo y un Conocedor auténtico
[ʿarīf bi-l·lāh] que fue elogiado por los grandes santos
[ʾawliyāʾu-l·lāh] de su tiempo. En definitiva, se verá
que fue un musulmán integro y severo seguidor de la sunna de
nuestro santo Profeta (t). Y
todo ello, no debe, sino dar tranquilidad, sosiego y calma al alumno
tiŷānī que deberá saberse en buenas manos.
Por otro
lado y desde el punto de vista iniciático, el alumno tiŷānī debe saber,
que ha recibido a través de su maestro [muqaddīm]
la transmisión de un método y una influencia espiritual “especial” –barāka muḥammadiyya– que el mismo santo Profeta (r) ha
transmitido, en estado de vigilia, a Šayj ʾAḥmad al-Tiŷānī (t) de la
cual, sólo él (t), de
entre todos los santos que Dios ha
creado, desde el principio hasta el final de los tiempos, ha sido
merecedor. Por lo tanto además de amar al santo Profeta (r) el
alumno tiŷānī deberá amar profundamente a Šayj ʾAḥmad al-Tiŷānī (t) ya que
ello le facilitará su realización espiritual.
Como ya
se verá mas adelante, la visualización de Šayj ʾAḥmad
al-Tiŷānī (t) o
mejor aún del profeta Muḥammad (t) en el
transcurso de las encantaciones [ʾaḏkār] puede facilitar la
iluminación [al-fatḥ, literalmente la apertura]. Así
pues, el alumno tiŷānī debe estudiar y conocer la vida de Šayj ʾAḥmad
al-Tiŷānī (t) pues
de alguna manera es la historia sagrada de su propia familia, familia
espiritual cuyos vínculos, rogamos a Dios, no sean jamás
quebrantados y así, de esta manera, podamos toda la familia
tiŷānī, reunirnos juntos, en el Día del levantamiento, con nuestro
venerado profeta Muḥammad (r) y
nuestro amado guía, el Polo Oculto y Sello de la Santidad, Šayj
ʾAḥmad
al-Tiŷānī (t), a la
sombra
del Trono divino y posteriormente en el paraíso eterno y
sublime. Pues Dios,
alabado sea, ha dicho en el sagrado Corán,
Y
a quienes hayan creído y su descendencia les haya seguido en su
creencia, les reuniremos
con su descendencia; y no dejaremos que se pierda ninguna de sus obras.
Cada hombre
es rehén de lo que se forjó. Qurʾān 52:19.
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