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Introducción al sufismo

La vida de Šayj Aḥmad al-Tiŷānī

Las condiciones de la Vía Tiŷāniyya

El método de la Vía Tiŷāniyya

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Como se ha visto anteriormente, el šayj Abū-l-cAbbās Amad al-Tiŷānī (Dios Altísimo esté complacido de él) pertenece a una familia que desciende del Profeta Muḥammad (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia), a través de Muḥammad al-Nafs al-Zakiyya (Dios Altísimo esté complacido de él), bisnieto de Ḥasan b. cAlī1(la Paz sea con ellos dos), y que cuenta con numerosos sabios y santos realizados.

Su familia estaba muy vinculada al Corán y a la Sunna. Su padre, su abuelo y su bisabuelo se nos presentan como grandes santos.

Su bisabuelo, el santo Abū al-cAbbās Sayyidī Aḥmad Ibn Muḥammad al-Fatḥā (Dios Altísimo esté complacido de él)[2], que poseía en su casa una habitación que le servía de lugar de retiro espiritual. Se encerraba allí constantemente y nadie excepto él podía entrar en ella. El grado espiritual que había alcanzado le obligaba a velarse la cara, desde su sala de contemplación hasta que llegaba a la mezquita y de la salida de la mezquita hasta que regresaba a ese lugar. En efecto, aquellos que hubieran visto su cara no hubieran podido dejar de contemplarle ni siquiera el instante de un abrir y cerrar de ojos so pena de morir, lo que le obligó a actuar así durante 23 años.

Su padre, el piadoso Sayyidī Muḥammad al-Fatḥā ibn al-Mujtār ibn Aḥmad ibn Muḥammad ibn Sālim (Dios Altísimo esté complacido de él), fue muy querido y respetado; constantemente llamaba y exhortaba a la gente al bien, incitándoles a aplicar la Sunna del santo Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) y combatiendo toda innovación sin temer el daño de nadie.

Algunas veces su padre recibía la visita de seres espirituales [al-rūḥāniyya] los cuales le ofrecían satisfacer sus necesidades, él se alejaba y les decía:

“Dejadme, pues entre yo y Dios no deseo ningún otro lazo que Dios.

La gente acudía a él con el único fin de recordar a Dios.

Su madre, la piadosa y santa Sayyida Āciša (Dios Altísimo esté complacido de ella) hija de Sayyidī Muḥammad ibn al-Sanūsī al-Tiŷānī al-Maḍāwī (Dios Altísimo esté complacido de él) –a través de la cual viene su nisba. Ella tuvo muchos hijos, pero la mayor parte de ellos murieron. Los niños que sobrevivieron fueron Sayyidinā Aḥmad al-Tiŷānī, su hermano Sayyidī Muḥammad y su hermana mayor llamada Lal·la Ruqayya (Dios Altísimo esté complacido de todos ellos).

Así pues, fue en este ambiente de fe, conocimiento, y santidad que nació y creció Sayyidinā Aḥmad al-Tiŷānī (Dios Altísimo esté complacido de él).

En el año 1166 de la Hégira (1752/53 D.c.) cuando aún solo tenía dieciséis años, sobrevino la muerte de su padre y su madre, el mismo día, tras una epidemia de peste, que lo dejó huérfano.


1 Los alawitas de Marruecos son sus mismos descendientes. El Profeta confirmará al Šayj 'Aḥmad al-Tiŷānī (Dios Altísimo esté complacido de él), en una de las visiones en estado de vigilia, su propia ascendencia šarifi y la de Mawlay Sulaymān. (cf. Ŷaw., I, p. 26; Kašf, p. 495).

2 Ŷawahir al-Macānī, I, p. 25 (Dār al-kutub al-cilmiyya)

Centro de Estudio y Difusión de la Vía Tiŷāniyya