Índice

Presentación

Introducción al sufismo

La vida de Šayj Aḥmad al-Tiŷānī

Las condiciones de la Vía Tiŷāniyya

El método de la Vía Tiŷāniyya

Los favores de la Vía Tiŷāniyya

La Fayḍa Tiŷāniyya

Šayj Ibrāhīm Nyasse

Šayj cAbda-l·lāh Djā

Enseñanzas de la Vía Tiŷāniyya

Súplicas de la Vía Tiŷāniyya

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Su peregrinación y su visita al Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia).

Prefacio

Su noble linaje

cAyn Māḍī

Su familia

Su educación

Su primer viaje a Fez

Su partida al desierto

Su peregrinación y su visita al Profeta

Su vuelta a casa

Su segundo viaje a Fez

Su acceso a la estación de Polo Supremo.


 
Su salida del Abyaḍ

 

Después de su estancia en al-Abyaḍ, el Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios Altísimo esté complacido de él) sintió la necesidad de cumplir con la obligación del quinto pilar del Islam: la peregrinación a la casa de Dios (al-Haŷŷ).

Así pues, en el año 1186 H. (1772/73 D.c.), con 36 años de edad, Sidī Aḥmad al-Tiŷānī (Dios Altísimo esté complacido de él) comenzó su viaje. Partió desde la zāwiya de Sidī Šayj, a Tlemcen, y luego iniciaría la peregrinación desde allí, a La Meca.

 

Su afiliación a la Vía Jalwatiyya

 

Cuando llego a la ciudad de Zawāwa o Azwāwa, oyó hablar del renombrado imam: Sidī Muḥammad b. cAbd al-Rahmān al-Azharī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!). Lo visitó y tomó, de él, el permiso para practicar la Vía Jalwatiyya Raḥmāniyya. Éste a su vez la había tomado del Šayj Sidī Muḥammad al-Ḥifnāwī ("al-Ḥifnī"; m. 1174/1768), que a su vez tomo la Vía Jalwatī del Šayj Sidí Muṣtafà b. Kamaluddin al-Bakrī (m. 1154/1739).

 

Su estancia en Túnez

 

Luego, en el mismo año, llegó a Túnez. En esta ciudad, se encontraría con algunos santos (al-Awliyā'); de entre ellos el famoso walī (santo) Sidī cAbd al-Ṣamad al-Raḥwī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), el cual le indicaría a través de un emisario especial, su calidad de “amado por Dios” (maḥbūb).

Sidī Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) se quedó en Túnez durante un año, moviéndose entre la capital y la ciudad de Sūsa, dedicándose –durante este período– a emitir dictámenes jurídicos, responder frecuentes cuestiones y a estudiar, también, numerosas obras, de entre los cuales cabe destacar al-Kitāb al-Ḥikam (el Libro de las Sabidurías) de Ibn Aṭā'i-l·lāh al-Iskandarī.

La reputación de la envergadura de sus conocimientos, se manifestó rápidamente, de tal manera que el Emir de la ciudad, lo invitó a quedarse en Túnez para enseñar y beneficiar a la gente, dadas su sabiduría y conocimiento. Éste le ofreció una casa, una buena remuneración y la célebre Universidad de al-Zaytuna. Sin embargo, Sidī Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), cuya atracción hacia lo divino era absoluta, guardó silencio, cuando recibió la carta del Emir, y al día siguiente embarcó hacia Egipto.

 

Su llegada a Egipto y su encuentro con el Šayj Sīdī Maḥmūd al-Kurdī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!)

 

Así pues, tan pronto como llegó al Cairo, fue a visitar al mas grande de los maestros de Egipto, de la época: el Šayj Sīdī Maḥmūd al-Kurdī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), egipcio de residencia e iraquí de origen y nacimiento.

Y hubo entre ellos varias reuniones y conversaciones, en la primera de ellas, el Šayj Sīdī Maḥmūd al-Kurdī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) le dijo:

« أنت محبوب في الدنيا والآخرة »

“Dios te ama en este mundo y en el otro”.

Sidī Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), le preguntó:

« من أين لك هذا؟ »

“¿De dónde te viene esto?”.

Sīdī Maḥmūd al-Kurdī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) respondió:

« من الله »

 “¡De Dios!”.

Entonces Sidī Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), le dijo:

« رأيتك وأنا في تونس، قلت لك اني نحاس كل ذاتي »

“Te he visto cuando estaba en Túnez y te he dicho: “Mi esencia es enteramente de cobre”.

Me contestaste:

« هو كذلك وأنا أرد نحاسك ذهبا »

“Así es, y voy a transformar tu cobre en oro”.

A esto, Sīdī Maḥmūd al-Kurdī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) respondió:

« هو كذلك، كما رأيت »

“Sí, todo es como lo viste”.

Algunos días más tarde, Sīdī Maḥmūd al-Kurdī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), interrogó a Sidī Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!),

« ما مطلوبك؟ »

“¿Qué es lo que buscas?”.

Sidī Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), le respondió:

« مطلوبي القطبانية »

“Mi deseo es acceder a la estación de Polo (al-quṭbaniyya)”.

El célebre Maestro le dijo:

« لك أكثر منها »

“Tendrás mas que eso”.

 

Su llegada a la Meca y su encuentro con el Šayj Sidī Aḥmad Ibn cAbd Al·lāh al-Hindī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!)

 

Llegó a la ciudad santa de la Meca en el mes de šawāl (décimo mes del calendario lunar) del año 1187 H. (1773 D.c.). Allí oyó hablar del Šayj Sidī Aḥmad Ibn cAbd Al·lāh al-Hindī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), a quien le estaba prohibido encontrarse con cualquier persona. Éste, mandó una carta al Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) por intermediación de su servidor, en la cual, le anunciaba:

“Eres el heredero de mi ciencia, de mis secretos, de mis dones y de mis luces”.

Cuando estaba escribiendo esto, Sidī Aḥmad Ibn cAbd Al·lāh al-Hindī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), declaró a su servidor:

“Él es el que esperaba y mi heredero”.

Ante estas afirmaciones, el servidor exclamó:

“¡Hace 18 años que estoy a tu servicio y hoy llega un hombre que proviene de Occidente y me dices que es tu heredero!”.

Sidī Aḥmad Ibn cAbd Al·lāh al-Hindī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), declaró entonces:

“Sólo le esperaba a él, y en esto no tengo ninguna parte de decisión. Dios escoge por su Misericordia a quien quiere. Si hubiera podido escoger, hace tiempo ya que hubiera escogido a mi hijo”.

Transmitió por carta al Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) todo lo que poseía como ciencias, secretos y luces; y expiró después de haberle confiado la iniciación de su hijo único. También le anunció su próximo encuentro con el gran Santo y Polo Supremo (Quṭb Ŷamic) Sidī Muḥammad Ibn cAbd al-Karīm al-Samman (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) (m. 1775) en la ciudad de Medina (Mādinat al-Munawwāra).

 

Su visita a Medina y su encuentro con el Sidī Muḥammad Ibn cAbd al-Karīm al-Samman (¡Dios Altísimo esté complacido de él!)

 

Una vez llegado a Medina, el Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) realizó todos los ritos correspondientes a la visita del Santo Profeta (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) y como era habitual en él, dirigió su atención al encuentro con los representantes del esoterismo musulmán que habitaban en la ciudad santa de Medina. Habiendo sido informado de la presencia del Šayj Sidī Muḥammad Ibn cAbd al-Karīm al-Samman (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), buscó la manera de contactar con él.

El Šayj Sidī Muḥammad Ibn cAbd al-Karīm al-Samman (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) era el guardián de la tumba bendita del Profeta (¡La paz y las bendiciones de Dios sean sobre él!), autor de varias obras sufies y el fundador de una nueva vía, la cual ejerció una notable influencia en la época. Su vía combinaba métodos de la Qadiriyya, la Naqšbandiyya, la Naṣiriyya con la Jalwatiyya (que recibió del Šayj Al-Bakrī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!)). Esta combinación se conoció como la vía Sammaniyya. Sidnā Šayj (¡Dios Altísimo esté complacido de él!) dijo en referencia a él, que estuvo en el reino de excelencia por el Šayj al-Samman (¡Dios Altísimo esté complacido de él!).

En su encuentro, este gran maestro, explico al Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (¡Dios Altísimo esté complacido de él!), que era el Polo Absoluto (al-Quṭb al-Ŷamic) y asimismo, le anunció la dichosa noticia de que realizaría su aspiración y obtendría "la Autorización Absoluta General" (al-Qutbaniya al-Ŷamica al-cUẓma).


Centro de Estudio y Difusión de la Vía Tiŷāniyya